Para Anton Szandor LaVey, el Papa Negro y fundador de la Iglesia de Satán (1966), los yezidis: "Son como los Vigilantes –los ángeles caídos del Libro de Enoch–, los que pretenden ser descendientes de Azazel. Creen en una contrapartida de la historia de Lucifer, es decir, en la manifestación del orgullo desterrado".

 

Además, en "Rituales Satánicos", LaVey, incluye textos de al-Jalweh presentándolos como "las palabras que Satán dijo a su pueblo" (pág. 146).

 

Antes que LaVey, otros famosos esoteristas, como el converso al Islam, René Guénon, o el viajero Gurdjieff, hablaron en sus libros de los yezidis. Ellos, como otros exploradores europeos de finales del siglo XIX, propiciaron las primeras imágenes de los "adoradores del pavo real", y todos ellos coincidieron en concluir en lo mismo:

"no cabe duda que La Revelación Yezidi cuenta la historia del mundo desde el punto de vista del ángel caído, Melek Taus, al que nosotros llamamos Lucifer en el viejo continente. La creencia de ser propietarios de una verdad exclusiva, amparada por un férreo dogmatismo que les impide relacionarse con otras religiones, ni admitir conversiones a su credo, les ha provocado un aislamiento tanto cultural como social".

 

Finalmente, para acabar, verdaderamente al escuchar la frase "los adoradores del diablo", con solo pronunciarlo a uno se le ponen los pelos de punta, y se imagina una secta secreta de locos luciferinos. Error pensar eso. Los yezidis, veneran al ángel caído, pero ni escuchan discos al revés, ni colocan los crucifijos boca abajo, y tampoco los yezidis jamás han quemado una mezquita, nunca han blasfemado por el placer de desafiar la autoridad, ni se han enfrascado en orgías sangrientas en el nombre de Lucifer.

 

Para ellos, la adoración del diablo es una religión aprobada por Dios mismo, una cultura en sí misma, no una cuestión de rebeldía juvenil con la cual jugar. Jamás ha tenido que ver con profanar tumbas a medianoche en un cementerio abandonado, a la luz de velas fabricadas con grasa de recién nacidos.

 

 

Lalesh
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